En los casos en los que, por ejemplo, la caries ha arruinado una gran parte del diente, una incrustación u onlay de porcelana ofrecería una solución más sólida en comparación con una restauración convencional extensa. Estas restauraciones hechas en laboratorio tienen una ventaja en comparación con los empastes de composite tanto desde el punto de vista estético como funcional.

Mientras que los empastes dentales se moldean en su sitio y se terminan en una sola visita al dentista, las incrustaciones inlay y onlay requieren dos visitas. Se prepara el diente, se toman impresiones y se cementa un provisional. En el laboratorio dental se elabora un modelo y se hace la incrustación. Una vez que la incrustación ha llegado a la Clínica Dental Stockholm, se coloca y se pega al diente dañado.

La restauración se considera una incrustación cuando el material se adhiere dentro del diente. Del mismo modo, la restauración se considera una incrustación cuando el daño del diente requiere una cobertura más o menos completa de toda la superficie de masticación. 

En los últimos tiempos, también existe la posibilidad de realizar incrustaciones directas, que pueden cubrir terapéuticamente muchas situaciones clínicas. Las incrustaciones directas están hechas de un material compuesto de alta resistividad.